Necesitás:
- 10 gr arcilla verde bentonita
- 5 gr arcilla blanca caolín
- 1 cdta flores de Caléndula
- 1 cdta flores de Lavanda
- 1 cdta flores de Manzanilla
- Agua tibia
- 1 bowl de vidrio
- 1 cuchara de cerámica o madera
- 1 mortero de cerámica o madera
Es importante que las arcillas sean puras y que no estén mezcladas con otros materiales. También, utilizar materiales como el vidrio, la cerámica y la madera para manipular la arcilla, evitando plástico y metales.
Paso a paso:
- Mezclar las arcillas. Si están en gránulos muy grandes, podemos machacarlas en un mortero y tamizarlas.
- Colocar las arcillas al sol durante media hora.
- Colocar las flores de Lavanda, Manzanilla y Caléndula en el mortero y machacarlas.
- Colocar las arcillas en un bowl y agregar las flores machacadas.
- Mezclar todo con la cuchara.
- Agregar agua hasta que tome la consistencia deseada. La cantidad de agua que absorba dependerá del tipo de arcillas que hayas conseguido. Lo ideal es una consistencia cremosa y blanda, que al levantar la cuchara quede adherida a la misma sin chorrearse.
- Limpiar el rostro y luego aplicar una capa gruesa de la mezcla. Se puede usar en todas las zonas del rostro exceptuando el contorno de ojos y la boca
- Dejar secar durante 20 minutos.
- Enjuagar con abundante agua y secar con una toalla suave sin deslizarla.
Si la piel quedó muy seca, se puede aplicar un tónico facial para humectar. Por último, como la arcilla absorbe grandes cantidades de líquido, les recomiendo tomar un vaso de agua.
Lo ideal es que podamos tomarnos un buen rato para hacer este ritual relajadxs, podemos acompañarlo con música o unos masajes faciales.
Esta mascarilla absorberá toxinas acumuladas en la piel, limpiándola hasta las capas más profundas. También tiene efecto cicatrizante para pieles sensibles, y absorbe excesos de grasa en pieles acneicas.
Pedir permiso a una planta antes de cosecharla, es entrar en contacto con ese espíritu.
Agradecerle también.
Cada planta tiene sus principios activos en diferentes lugares (hojas, tallos, flores, raíces, etc).
Cuando cortamos tallos, lo conveniente es armar ramilletes y colgarlos con la parte superior hacia abajo, en espacios ventilados sin exposición al sol.
Si cosechamos hojas o flores sueltas, podemos utilizar una rejilla.
Si aparece moho o las hojas se ponen muy negras, el secado no está funcionando bien; en ese caso podemos quitar las partes afectadas. Si se ha afectado la cosecha en su totalidad deberemos descartarla, ya que las plantas han perdido o mermado su efecto medicinal y pueden generarse toxinas.
Una vez secas, podemos almacenar las plantas en bolsas de papel o en frascos de vidrio, etiquetando con nombre, fecha de cosecha y lugar.
Otros factores a tener en cuenta para cosechar:
- Clima: es mejor cosechar en días de clima seco, para evitar que durante el tiempo de secado aparezca moho u hongos en las plantas. Además, la lluvia lava y disminuyendo la concentración de principios activos
- Fases lunares: si cosechamos flores u hojas, la fase conveniente es Luna Llena. Para cortezas, Luna Menguante y para raíces Luna Nueva
- Lugar de cosecha: elegir plantas de sitios resguardados, lejos de ambientes contaminados (las carreteras o la ciudad no son buenos lugares para cosechar)
Para evitar hacer un daño a la planta, siempre cortamos menos de la mitad de sus hojas o flores. De lo contrario, es probable que la planta muera.